Hola amigos.
Hoy os quiero hablar de hechos que me han sorprendido en el proceso de la escritura. Éste es un mundo relativamente nuevo para mí: hace un año y medio no había escrito ni una sola página, y actualmente tengo tres libros publicados. Es posible que sean cosas que le hayan sucedido a muchos otros, pero que en cualquier caso para mí han sido novedosas y sorprendentes.
LOS PERSONAJES: Cuando empiezo a escribir tengo una idea más o menos precisa de adónde quiero llegar, pero me sucede que a medida que avanza la narración y los personajes van interactuando entre ellos, llega un momento en el que parecen tomar las riendas del relato y me conducen a través de caminos no previstos inicialmente. No solo no lo considero como algo negativo sino todo lo contrario: me parece un momento sublime del proceso de escritura.
LA INSTROSPECCIÓN: Quienes me sigan (y además me lean) en las redes sociales, ya tendrán noticias de este asunto. En este caso el descubrimiento consiste en que, en el momento en que te pones a escribir, te ves envuelto sin pretenderlo en un ejercicio de introspección que te obliga a buscar en los recodos más escondidos de la memoria hechos, situaciones o sensaciones que parecían olvidados, pero salen a colación cuando buscas ilustrar una escena y resultan de gran ayuda. En resumen, que escribir es una manera de rebuscar en tu interior y hacer aflorar cosas que si no estaban olvidadas, estaban latentes. También, como resultado de esa introspección, pueden aparecer ideas interesantes para otro trabajo distinto del que estás llevando a cabo en ese momento.
LA INTERPRETACIÓN: Me ha resultado muy curioso que a un texto, a pesar de estar resuelto de manera bastante cerrada, el lector le otorgue un significado diferente, y en mayor o menor medida alejado de la idea del propio autor. Y también puede ser que extraiga del texto conclusiones que, sin alejarse necesariamente de la intención del autor, no habían sido tenidas en consideración por éste. Como ejemplo, una lectora me dijo que los protagonistas de mi novela, Dilema, se comportaban como adolescentes pese a ser ya personas maduras; y tenía toda la razón, aunque yo ni me lo había planteado.
LA CALIDAD: En mis libros de relatos, considero que unos tienen más calidad que otros, algo obvio; pero me sorprende que con frecuencia aquéllos que considero que tienen mayor valor literario pasan desapercibidos, mientras que recibo felicitaciones por los relatos que considero menores. Conclusión: el lector es soberano y valora el texto según su propio criterio; y el autor pierde esa soberanía tan pronto como lo pone a disposición de otros.
No sé si, en el caso de los escritores, os habéis sentido identificados con algunos de los puntos que he expuesto. Espero vuestras opiniones.
Saludos.
Bienvenido al mundo del escritor 🙂
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Me parece precioso el que el propio relatos sus personajes se adueñen del escritor. Cuando eso sucede significa que te están arrastrando al mundo que has creado y que si tú te sumerges con ellos el lector tendrá muchas posibilidades de sumergirse también. Eso sí, una vez que alguien te lee ya la historia pertenece al lector y como bien dices, es sorprendente lo que otros ojos pueden contarte de una historia de la que creías saberlo todo. Es la magia de la literatura.
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De hecho, tengo dos relatos que giran en torno a esa idea. Uno es «Finale presto con fuoco», que está en el blog; y el otro se titula «La verdad sobre las sílfides guerreras», que no está en el blog (es demasiado largo), y forma parte del recopilatorio «Universos Adyacentes». Saludos y gracias, como siempre, por tus comentarios.
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